Tenía
bastante tiempo que no leía una novela tan buena como La Chica del Tren, de
Paula Hawkins. Al comenzar a leerla no pude parar hasta terminarla el mismo
día. Aquí les dejo de que se trata esta emocionante novela.
¿Estabas
en el tren de las 8.04? ¿Viste algo sospechoso?
Rachel,
sí.
Rachel
toma el tren de las 8.04 h. Cada mañana lo mismo: el mismo paisaje, las mismas
casas… y la misma parada en la señal roja. Son solo unos segundos, pero le
permiten observar a una pareja desayunando tranquilamente en su terraza. Siente
que los conoce y se inventa unos nombres para ellos: Jess y Jason. Su vida es
perfecta, no como la suya. Pero un día ve algo. Sucede muy deprisa, pero es
suficiente. ¿Y si Jess y Jason no son tan felices como ella cree? ¿Y si nada es
lo que parece?
Tú no
la conoces. Ella a ti, sí.
<<
Sin lugar a duda la novela negra y el thriller psicológico son mis géneros
favoritos. Esta novela me enganchó desde el principio. Tuve sentimientos
encontrados con la protagonista y su forma de hacer las cosas, pero me encantó
que no la victimizaran, ni hicieran a un personaje perfecto e inocente como
suele pasar en las novelas; sino a un personaje con sentimientos reales, que
comete errores, sueña y desea cosas que a lo mejor nunca pasaran. Al principio
se describe como Rachel idealiza la vida de una joven pareja, de la cual se
obsesiona gravemente al punto de tomar el mismo tren cada día solo para verlos
(en este punto ella sueña despierta y cree que realmente los conoce).
Observarlos y creer en la “perfecta historia de amor” de Jess y Jeason (como
ella les llama), se convirtió en su hobby por mucho tiempo hasta que un día fue
testigo de la infidelidad y posteriormente de la desaparición de Megan (Jess).
Esto se convierte en un problema para Rachel ya que no recuerda lo que vio o lo
que hizo…
Antes
de divorciarse Rachel y su esposo Tom, eran una pareja completamente normal
hasta que Rachel conoce sus problemas de fertilidad. Esto la hacen a caer en
una profunda depresión que, a su vez, la lleva a hundirse en el alcohol por
falta de comprensión por parte de su exesposo. El alcoholismo de la
protagonista viene acompañado con muchas lagunas mentales que al principio solo
lograba llenar con la versión de la verdad de su expareja. Al término de su
relación queda destruida, engañada e incapacitada para darle vuelta a la página
y superar su fallida relación.
Tom es
aparentemente un hombre normal con deseos de tener su propia familia, pero
también es un mentiroso arrogante y sinvergüenza que siempre se las arregla
para obtener beneficios de los demás. Este rehace su vida con Anna con quien
tiene una hija. Su nueva esposa vive para complacerlo, a su vez ella tiene una
percepción idealizada de su pequeña familia, es manipuladora, egoísta y un
tanto histérica. El único “problema en la vida” de Anna es la expareja de su
esposo, de quien, a pesar de todo, no ha logrado deshacerse. Para ella, Rachel
es la causante de todos sus problemas y es quien evita que su vida sea
perfecta.
Por
otra parte, Megan, es una clásica ama de casa desesperada que no sabe lo que
quiere y se aburre rápidamente de todo. Ella necesita tener la atención y el
control del sexo masculino, sentirse deseada. Para ella sus acciones se excusan
por el solo hecho de pensar de que hace las cosas por “impulso y sin querer
herir a nadie”. Megan tuvo una adolescencia descarrilada, y para ella esto fue
el resultado de la pérdida de su querido hermano. Su desenfrenada aptitud en
ese entonces la llevan a unirse con un hombre mucho mayor, pero esto como era
de esperarse no termina bien… con el pasar de los años ella vive sin muchas
aspiraciones y aventuras con diferentes hombres hasta que conoce a su esposo
Scott. Con él pensó encontrar la estabilidad que necesitaba, pero al pasar el
tiempo su matrimonio se convirtió en su cárcel. Si bien Scott es un hombre
obsesivo compulsivo que acapara toda la vida de Megan, lo cierto es que la
quiere y tiene toda la intención de tener una familia con ella. Al desaparecer
su esposa, Scott se vuelve loco de dolor y saca la peor parte de su ser. Y
prepárense, porque la infidelidad de Megan no tiene límite.
Esta
historia es un buen ejemplo de como todos somos capaces de ser tanto buenos
como malos, puesto que la vida tiene matices. No todo es blanco y negro. Acepto
que fue un poco predecible, ya que te das cuenta bastante rápido de quien fue
el culpable de todo, pero igual fue muy buena novela porque te amarra de una,
¡haciendo que te lo termines en un dos por tres! >>
Aprender
a Leer
-A
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